Iglesia de San Bruno

Su construcción no estuvo exenta de dificultades administrativas y financieras, a pesar de la donación de cien mil francos realizada en 1867 por los Padres Cartujos para contribuir a su edificación. Tras numerosas modificaciones de los planos iniciales, problemas con los presupuestos y desacuerdos con la ciudad, no menos de cuatro arquitectos se sucedieron en la realización de la obra.
Se trata de Anatole de Baudot, Alphonse Durand, Eugène Péronnet y Alfred Berruyer, quienes, a partir de 1875, "rehicieron los planos de la iglesia, esforzándose por volver a las formas sencillas y armoniosas del proyecto original, manteniendo al mismo tiempo su transición hacia las partes ya terminadas".

La iglesia, de estilo neorrománico, no se construyó en piedra, sino en piedra artificial de cemento natural, por razones de coste. No obstante, se utilizó piedra caliza para algunas partes del edificio.

El campanario, con sus 67 metros, se convirtió en el edificio más alto de la ciudad.

El interior, de bella arquitectura neorrománica, ha sido restaurado recientemente. El coro alberga dos cuadros del pintor del Delfín Jules Flandrin, que representan dos escenas de la vida de San Bruno.